El zagalejo
Zagalejo estampado con motivos florales.
Durante el final del siglo XIX y principios del XX, coincidiendo con el auge de los telares mecánicos, los tejidos que se utilizan en la confección de las prendas de vestir cambian, así como el formato de las mismas.
El refajo pasa a llamarse zagalejo, y aunque de las mismas características en cuanto al largo y vuelo, se confecciona en tejidos de algodón más sencillos tales como la viscosa resultando más ligeros.
Los tejidos podían ser lisos o estampados con distintos motivos: florales, de cuadros, rayas, y plisados o rizados; con grecas al filo, con botones como aplicación, rizados a la cintura y con una cinta de algodón para atar. Era habitual en su confección la existencia de uno, dos o tres pequeños volantes en su parte inferior.
Debajo de éste seguía usándose la camisa interior, enaguas y sayas al igual que con el refajo.
El refajo pasa a llamarse zagalejo, y aunque de las mismas características en cuanto al largo y vuelo, se confecciona en tejidos de algodón más sencillos tales como la viscosa resultando más ligeros.
Los tejidos podían ser lisos o estampados con distintos motivos: florales, de cuadros, rayas, y plisados o rizados; con grecas al filo, con botones como aplicación, rizados a la cintura y con una cinta de algodón para atar. Era habitual en su confección la existencia de uno, dos o tres pequeños volantes en su parte inferior.
Debajo de éste seguía usándose la camisa interior, enaguas y sayas al igual que con el refajo.
Cuerpo entallado
Zagalejo de dos volantes.
En la mayoría de los casos, de cintura para arriba se acompañaba con una camisa o cuerpo entallado del mismo tejido que la falda, adornado a juego con esta, formando un traje completo de manga larga o al codo.
Este tipo de vestido se hizo muy popular en la mayoría de los países donde los medios de transporte de la época permitían la llegada de los materiales manufacturados desde los grandes centros industriales y son los complementos como los mantones, puntas o delantales y otros accesorios los que diferencian unas regiones o países de otros.
Es la pieza que más recientemente hemos rescatado para nuestro vestuario y debido al coste de su confección y su comodidad a la hora de lucirlo, pensamos que es una buena opción para aquellas mujeres que les dé pereza vestirse con un pesado refajo.
Invitamos desde aquí a preguntarnos y le asesoraremos con mucho gusto.
Este tipo de vestido se hizo muy popular en la mayoría de los países donde los medios de transporte de la época permitían la llegada de los materiales manufacturados desde los grandes centros industriales y son los complementos como los mantones, puntas o delantales y otros accesorios los que diferencian unas regiones o países de otros.
Es la pieza que más recientemente hemos rescatado para nuestro vestuario y debido al coste de su confección y su comodidad a la hora de lucirlo, pensamos que es una buena opción para aquellas mujeres que les dé pereza vestirse con un pesado refajo.
Invitamos desde aquí a preguntarnos y le asesoraremos con mucho gusto.
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Para la realización de estos textos hemos consultado y utilizado algunos fragmentos de la siguiente bibliografía. En algunas ocasiones hemos simplificado para un mayor entendimiento:
AlBIZUA, E. (1990): "El traje en España. Un rápido recorrido a la larga de su historia". Madrid.
CASADO lOBATO, C. (1991): "Indumentaria tradicional". EXPOSICiÓN MODA EN SOMBRAS. MUSEO DEL PUEBLO ESPAÑOL. Madrid.
LABORDE, A. (1808): Itinéraire descriptif de l' Espagne.
CARO BAROJA (1981): Los pueblos de España. Madrid.
GÓMEZ (1989): El traje popular. Murcia.
AlBIZUA, E. (1990): "El traje en España. Un rápido recorrido a la larga de su historia". Madrid.
CASADO lOBATO, C. (1991): "Indumentaria tradicional". EXPOSICiÓN MODA EN SOMBRAS. MUSEO DEL PUEBLO ESPAÑOL. Madrid.
LABORDE, A. (1808): Itinéraire descriptif de l' Espagne.
CARO BAROJA (1981): Los pueblos de España. Madrid.
GÓMEZ (1989): El traje popular. Murcia.