El sombrero
La cabeza en el s. XIX siempre iba cubierta excepto cuando el protocolo lo requería. Se solía cubrir primero con un pañuelo de algodón o de seda, anudado en la nuca y encima se colocaba la montera o el sombrero calañés, dando paso en el s. XX a los sombreros de ala corta y ancha, y a las gorras con botón o sin él.
Como complementos, el hombre en el s. XIX solía llevar rosarios y escapularios como motivo religioso, y ya en el s. XX utiliza el reloj de bolsillo y suele llevar alguna medalla de un santo de su devoción.
Como complementos, el hombre en el s. XIX solía llevar rosarios y escapularios como motivo religioso, y ya en el s. XX utiliza el reloj de bolsillo y suele llevar alguna medalla de un santo de su devoción.
Complementos
La mayor parte de los complementos tanto del hombre como de la mujer procuraban la protección frente a todo tipo de mal, en especial el mal de ojo, creencia muy arraigada en la huerta.
Desde el siglo XVIII se solían llevar rosarios así como escapularios, en los cuales la representación más habitual era la Virgen del Carmen y detentes con la representación simbólica del Corazón de Jesús.
Desde el siglo XVIII se solían llevar rosarios así como escapularios, en los cuales la representación más habitual era la Virgen del Carmen y detentes con la representación simbólica del Corazón de Jesús.