Música
El grupo de Coros y Danzas de Santomera utiliza en sus actuaciones numerosos instrumentos típicos donde predominan los de cuerda como guitarra, laúd y bandurria. Estos instrumentos van acompañados por otros de menor repercusión pero no por ello menos importantes como pandereta, postizas, botella de anís o castañeta.
Entre nuestro repertorio aparecen los típicos bailes de la zona de Murcia y comunidades limítrofes como pueden seguidillas, jotas y malagueñas.
La seguidilla es originariamente una forma española en verso que consta de una o más estrofas de cuatro a siete versos, cada una distribuida de una manera particular y con asonancia dentro de algunas parejas de versos. El compás era ternario y el movimiento moderadamente rápido. En Murcia se conocieron también como parrandas. Se tomó este nombre en la huerta por la costumbre de los mozos de festejar a las mozas, para lo que salían por las noches, a esto se le llamaba, “noche de parranda”.
El fandango es un aire popular bailable, ejecutado por una pareja, de movimiento vivo. El compás ternario, los versos octosílabos y el frecuente empleo de castañuela marcan un estrecho parentesco con la jota. La secuencia descendente armónica más tópica (la menor, sol Mayor, fa mayor, mi Mayor) es un motivo ostinato conocido desde finales del Barroco. Se conoce desde finales del s XVII y parece que es de origen árabe o africano. Ha generado las Malagueñas, Granainas o Fandanguillos.
La malagueña tiene su en el S.XVIII , a veces se confunde con el Fandango. No tiene forma precisa y es de expresión alegre o melancólica.
Los orígenes de la jota no están claros: Aragón (la más difundida) o Valencia. Parece que su nombre puede proceder del verbo XOTAR (saltar). Se cita por primera vez en 1761 en un sainete, aunque parece que ya existía desde el S.XVII (diecisiete). Consta de dos partes una instrumental, como un estribillo, y otra que es la copla, en la que los cantores procuran lucir sus facultades. Su compás es ternario escribiéndose en 3/4 o 6/8. Se construyen en su mayoría con escalas mayores y se armoniza principalmente con acordes de tónica, dominante y subdominante.
Entre nuestro repertorio aparecen los típicos bailes de la zona de Murcia y comunidades limítrofes como pueden seguidillas, jotas y malagueñas.
La seguidilla es originariamente una forma española en verso que consta de una o más estrofas de cuatro a siete versos, cada una distribuida de una manera particular y con asonancia dentro de algunas parejas de versos. El compás era ternario y el movimiento moderadamente rápido. En Murcia se conocieron también como parrandas. Se tomó este nombre en la huerta por la costumbre de los mozos de festejar a las mozas, para lo que salían por las noches, a esto se le llamaba, “noche de parranda”.
El fandango es un aire popular bailable, ejecutado por una pareja, de movimiento vivo. El compás ternario, los versos octosílabos y el frecuente empleo de castañuela marcan un estrecho parentesco con la jota. La secuencia descendente armónica más tópica (la menor, sol Mayor, fa mayor, mi Mayor) es un motivo ostinato conocido desde finales del Barroco. Se conoce desde finales del s XVII y parece que es de origen árabe o africano. Ha generado las Malagueñas, Granainas o Fandanguillos.
La malagueña tiene su en el S.XVIII , a veces se confunde con el Fandango. No tiene forma precisa y es de expresión alegre o melancólica.
Los orígenes de la jota no están claros: Aragón (la más difundida) o Valencia. Parece que su nombre puede proceder del verbo XOTAR (saltar). Se cita por primera vez en 1761 en un sainete, aunque parece que ya existía desde el S.XVII (diecisiete). Consta de dos partes una instrumental, como un estribillo, y otra que es la copla, en la que los cantores procuran lucir sus facultades. Su compás es ternario escribiéndose en 3/4 o 6/8. Se construyen en su mayoría con escalas mayores y se armoniza principalmente con acordes de tónica, dominante y subdominante.
Instrumentos musicales
La bandurria es un instrumento de cuerda punteado imprescindible en el folklore murciano por su timbre y expresividad. Consta de tres partes: cabeza, mástil y caja de resonancia. Lo que le confiere un carácter distintivo, en cuanto a su timbre se refiere, son los "trastes" o barras de metal incrustadas horizontalmente en el mástil y que forman los espacios de separación entre un sonido y otro.
Este instrumento consta de seis cuerdas dobles, los dos primeros órdenes en nylon y acero, y los cuatro siguientes entorchadas o bordones.
Este instrumento consta de seis cuerdas dobles, los dos primeros órdenes en nylon y acero, y los cuatro siguientes entorchadas o bordones.
La pandereta es un instrumento de percusión constituido por una membrana o parche, tensada sobre un aro de madera o metal, de escasa altura y con hendiduras en las que se insertan cascabeles o pequeños crótalos a modo de sonajas.
Se suelen utilizar diferentes técnicas a la hora de tocar este instrumento: golpear el parche con la palma de la mano, frotar el parche con los dedos, frotar el parche sin interrupción con la yema del pulgar, golpear la pandereta con el puño, agitar el instrumento sin golpearlo, o haciendo un trino metálico con los crótalos.
Se suelen utilizar diferentes técnicas a la hora de tocar este instrumento: golpear el parche con la palma de la mano, frotar el parche con los dedos, frotar el parche sin interrupción con la yema del pulgar, golpear la pandereta con el puño, agitar el instrumento sin golpearlo, o haciendo un trino metálico con los crótalos.
La guitarra es un instrumento de cuerda punteado. Cuenta con seis cuerdas.
Es un instrumento imprescindible en la música del folklore murciano que acompaña a bandurrias y laúdes, creando la base rítmica. Se utiliza rasgando sus cuerdas para acompañar los variados cantos tradicionales con sencillos y reducidos acordes. La guitarra es ante todo un instrumento popular , ya que el panorama de la música culta lo ocupaba, casi por completo, la vihuela.
Aunque en el s XVII la guitarra también logró introducirse en la llamada música culta, momento en el que adquiere sus seis cuerdas definitivas. Es instrumento fundamental para marcar el ritmo de las danzas y sones del folklore murciano, y es empleado en toda la Península.
Es un instrumento imprescindible en la música del folklore murciano que acompaña a bandurrias y laúdes, creando la base rítmica. Se utiliza rasgando sus cuerdas para acompañar los variados cantos tradicionales con sencillos y reducidos acordes. La guitarra es ante todo un instrumento popular , ya que el panorama de la música culta lo ocupaba, casi por completo, la vihuela.
Aunque en el s XVII la guitarra también logró introducirse en la llamada música culta, momento en el que adquiere sus seis cuerdas definitivas. Es instrumento fundamental para marcar el ritmo de las danzas y sones del folklore murciano, y es empleado en toda la Península.
El laúd es un instrumento de cuerda punteado muy extendido en la Península Ibérica. Consta de doce cuerdas (seis dobles), al igual que la bandurria, aunque con el mástil más largo. Coincide con la bandurria en la manera de hacerse sonar, con una púa o plectro. Se afina por cuartas, como en la bandurria.
El laúd consta de una caja armónica en forma de pera, con un fondo de listones en forma de gajos, de madera y longitudinales. El mango, de aspecto semicilíndrico, es corto. En la extremidad del mango se dispone el clavijero con una paleta doblada casi en ángulo recto, sobre la que aparecen dispuestas las clavijas, a fin de obtener una regulación de la tensión de las cuerdas y, por tanto, de la entonación.
El laúd consta de una caja armónica en forma de pera, con un fondo de listones en forma de gajos, de madera y longitudinales. El mango, de aspecto semicilíndrico, es corto. En la extremidad del mango se dispone el clavijero con una paleta doblada casi en ángulo recto, sobre la que aparecen dispuestas las clavijas, a fin de obtener una regulación de la tensión de las cuerdas y, por tanto, de la entonación.
La postizas son un instrumento extremadamente sencillo y cuyo principal objetivo es marcar el ritmo. Su origen es muy remoto y prácticamente presente en todos los continentes.
Casi todo el mundo conoce a nuestras "postizas" como castañuelas, sin embargo son ligeramente diferentes. Las postizas son más abombadas y ahuecadas, consiguiendo con ello un sonido mucho más fuerte y grave. Las postizas se componen de dos partes: el macho y la hembra. La hembra tiene el tono más alto que el macho, empleándose ésta para repiquetear .
Están confeccionadas en madera. En Murcia, la madera más empleada suele ser la madera de jinjolero, aunque también se pueden confeccionar de maderas duras tales como el pino, el nogal, o el roble. Son, sin lugar a dudas, las postizas las que le confieren un carácter identificativo a los ritmos de nuestras danzas y sones, resultando muy atractivas para aquellos que no han sentido nunca su sonido tan especial.
En nuestra Península Ibérica el referente más antiguo de las postizas es la "crusmata ibérica", que estaba formada por dos piezas de madera, dos grandes vieiras, o simplemente dos piedras planas, que al chocarlas entre sí producían un armonioso sonido. Los músicos y bailarines que las tocaban las sujetaban entre los dedos y la palma de su mano, mediante unos cordones que atravesaban dos agujeros.
Casi todo el mundo conoce a nuestras "postizas" como castañuelas, sin embargo son ligeramente diferentes. Las postizas son más abombadas y ahuecadas, consiguiendo con ello un sonido mucho más fuerte y grave. Las postizas se componen de dos partes: el macho y la hembra. La hembra tiene el tono más alto que el macho, empleándose ésta para repiquetear .
Están confeccionadas en madera. En Murcia, la madera más empleada suele ser la madera de jinjolero, aunque también se pueden confeccionar de maderas duras tales como el pino, el nogal, o el roble. Son, sin lugar a dudas, las postizas las que le confieren un carácter identificativo a los ritmos de nuestras danzas y sones, resultando muy atractivas para aquellos que no han sentido nunca su sonido tan especial.
En nuestra Península Ibérica el referente más antiguo de las postizas es la "crusmata ibérica", que estaba formada por dos piezas de madera, dos grandes vieiras, o simplemente dos piedras planas, que al chocarlas entre sí producían un armonioso sonido. Los músicos y bailarines que las tocaban las sujetaban entre los dedos y la palma de su mano, mediante unos cordones que atravesaban dos agujeros.
La castañeta se fabrica con un trozo de caña ligera, con uno o dos nudos en su recorrido. Pelada y alisada la superficie, se abre con un corte longitudinal hasta uno de sus nudos mediante una incisión limpia de cuchillo bien afilado, o navaja, de manera que desde el nudo a uno de sus extremos permanezca la caña indemne y desde éste al otro extremo partida en dos láminas. El manejo de la «Castañeta» es sencillo, pero requiere cierto nivel de aprendizaje y, por supuesto, destreza y sentido del ritmo a la hora de su utilización. El sonido dependerá del tamaño del orificio.
En 1870, una conocida marca de anís introdujo una botella con unos característicos relieves en su superficie, que nos han llegado hasta hoy. Su fin inicial era facilitar su sujeción y que no se resbalase de las manos. La inventiva tradicional no desaprovechó ésta oportunidad y la botella de anís se extendió rápidamente. Sujetándola por el cuello con la mano izquierda apoyada sobre el pecho, se raspa con un tenedor metálico, una llave, u otro utensilio metálico sobre las estrías de vidrio.
Es también muy conocido el empleo como instrumento del almirez y el mortero normalmente utilizados en la cocina para machacar las especies y condimentos. Consisten en dos piezas, un recipiente en el que se introducen los ingredientes y un mango, ensanchado en su extremo con el que se trituran aquellos. El almirez es metálico, de bronce casi siempre, mientras que el mortero es de madera, normalmente dura, como olivo o encina. La forma más habitual de tocar es sujetando el mango por el ensanchamiento y golpeando alternativamente en el interior el fondo y las paredes. El timbre es muy diferente, el sonido del almirez es mas fuerte y metálico.
Es también muy conocido el empleo como instrumento del almirez y el mortero normalmente utilizados en la cocina para machacar las especies y condimentos. Consisten en dos piezas, un recipiente en el que se introducen los ingredientes y un mango, ensanchado en su extremo con el que se trituran aquellos. El almirez es metálico, de bronce casi siempre, mientras que el mortero es de madera, normalmente dura, como olivo o encina. La forma más habitual de tocar es sujetando el mango por el ensanchamiento y golpeando alternativamente en el interior el fondo y las paredes. El timbre es muy diferente, el sonido del almirez es mas fuerte y metálico.
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